domingo, 16 de mayo de 2010

Hematodixia y vampirismo, ¿qué es real?

Una criatura nocturna que se alimenta de sangre humana, eso es lo que nos ha hecho ver la gran pantalla, la cual poco a poco ha ido desvirtuando la imagen de este terrible ser.

Históricamente hablando, son muchos los datos de personajes conocidos, que pueden dar validez a la creencia de que los vampiros existen.

A día de hoy tenemos datos irrefutables de que existen numerosas enfermedades y problemas en el ser humano, que pudieron alimentar la leyenda de este no muerto.

La parte real, enfermedades humanas

La ciencia ha avanzado a pasos gigantescos a lo largo de nuestra historia, pero lo que hoy en día podemos observar con toda tranquilidad como un problema dermatológico, siglos atrás era una relación directa del individuo con el mismo demonio.

  • La pelagra, como hoy día la conocemos es un déficit nutricional que afecta generalmente a personas que viven en poblados indígenas donde su fundamental alimento es el maíz. Esto crea un problema en la pigmentación de la piel, que en contacto directo con el sol, hace que vaya cogiendo una tonalidad oscura de inmediato. Imaginemos este problema, siglos atrás, una persona que huye del sol, que teme de la luz solar, que se esconde de esta. Ahí tenemos el primer síntoma del vampirismo. Evidentemente, en la Edad Media, gente con enfermedades de este tipo, eran desterradas a vivir lejos de la civilización, lo que las dotaba de una imagen mucho más terrible.
  • Otra enfermedad clave a lo largo de la historia ha sido la anemia perniciosa. Es una enfermedad causada por la falta de la vitamina B12 en el organismo, sus síntomas pudieron ser claramente relacionados con el vampirismo. Palidez, debilidad, fatiga, ausencia de apetito… claramente describían a un terrible ser que alimentó las leyendas.


  • La peste, la enfermedad que causó miles de muertes en Europa, era una de las razones para realizar enterramientos prematuros sin estar totalmente seguros de la defunción de la víctima. Muchos fueron los casos en los que se encontraron cadáveres fuera de sus tumbas, seguramente fueron intentos fallidos de escapar de sus lechos de muerte.
  • Quizá la más conocida y común de las enfermedades, fue la rabia. Esta es una infección del sistema nervioso, que produce síntomas como la inquietud, agresividad o insomnio severo.
Estas enfermedades y otras muchas, poseen síntomas muy propios de lo que hoy en día es la imagen de un vampiro. No cabe ni la menor duda, que el desconocimiento científico que se tenía siglos atrás, hiciera relacionar directamente a las personas que sufrían de estas patologías con seres monstruosos.

La leyenda popular

Durante siglos las habladurías populares han ido dotando al vampiro de cierta historia. Se dice que son seres nocturnos, que pasan la noche en busca de una presa. Tienen muchas debilidades, el ajo les daña al igual que los crucifijos. No se ven reflejados en los espejos y son hipersensibles a la luz solar, lo que genera en ellos quemaduras inmediatas. La manera más eficaz de matar a un vampiro es clavarle una estaca en el corazón o cortándoles la cabeza.

El vampiro en el cine

Es un personaje que aparece en muchísimas películas a lo largo de nuestra historia. Siempre le han dado un papel de una criatura humana de gran belleza, que hace de galán, de un hombre terriblemente capaz de conquistar a las mujeres. Acecha a sus víctimas en la cama, donde allí las ataca con un sensual mordisco en el cuello.

Esta imagen es la que nos ha dado el cine sobre el vampiro en múltiples películas como ‘Entrevista con el vampiro’, ‘Drácula, de Bram Stroker’ o la aclamadísima ‘Crepúsculo’.

Vampirismo

El vampiro, real o ficticio sigue alimentando la imaginación de todos y es un personaje que no es desconocido para nadie.

Si bien no podemos certificar como verdadera la existencia de la criatura con necesidad de beber sangre humana, tenemos una amplia lista de sucesos en la historia que con las explicaciones de hoy en día, se pudieron relacionar hace siglos directamente con este terrible ser de la noche.

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